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Musulmanes y cristianos deben regresar a las enseñanzas de los Profetas Muhammad (P) y Jesús (P)

El mensajero elegido por Dios que era Jesús (P) invitaba a la gente al camino divino, que es el camino de la felicidad del hombre, advirtiéndole de las consecuencias de caer en las tentaciones y de perturbar la quietud del espíritu con hechos repugnantes de tiranía y maldad.

El Rhyaftgan (amplia base de datos misioneros y conversos)

Un gran mensajero divino

El profeta Jesús (con él la paz) no tiene en modo alguno una importancia menor a ojos de los musulmanes de la que tiene para los cristianos devotos. Aquel gran mensajero de Dios pasó todo el tiempo en que estuvo entre la gente esforzándose por resistir frente a la tiranía, la opresión, la corrupción, y frente a quienes, mediante la riqueza y el poder, tenían a las naciones encadenadas y las arrastraban hacia el infierno, en este mundo y en el otro. Todos los padecimientos que soportó desde la niñez ―porque Dios le encomendó la misión profética cuando era niño― fueron en ese camino.

Los musulmanes creen, igual que los cristianos, que Jesús (P) fue un gran mensajero de Dios; e, igual que no es aceptable que los judíos consideren solo suyo a Moisés (P), y que todos los cristianos del mundo ―como todos los musulmanes― admiten a Moisés (P) como profeta, tampoco Jesús (P) pertenece en exclusiva a los cristianos; es también de los musulmanes. La nación musulmana de Irán ama a aquel gran hombre, por el que siente un gran respeto. Los cristianos de Irán ―tanto los asirios como los cristianos del norte del país y de Urmía― creen que el origen del cristianismo está aquí; dicen que el origen de Jesús (P) está en estas tierras, desde donde empezó a propagarse el cristianismo. Puede que desde el punto de vista histórico tengan razón.

 

Santa María (P), un modelo para todos los seres humanos

Cuando el Generoso Corán quiere poner a alguien como ejemplo para los creyentes, no lo escoge de entre los varones, sino de entre las mujeres. Dios el Altísimo señala a dos mujeres, no sólo como grandes mujeres, sino como ejemplo para todos los grandes devotos. Así que, a la hora de presentar un ejemplo sobresaliente de humanidad y de perfección espiritual, Dios Altísimo no habla de los profetas (P), de los grandes hombres ni de las personalidades de la ciencia o la religión, sino de dos mujeres: la esposa del Faraón y Santa María (P), madre de Jesús e hija de Imrán. En su juventud, María (P) resistió como una montaña las calumnias y las sospechas inmundas de todos los habitantes de su ciudad y su región, y abrazó la Palabra de Dios y el Espíritu que Dios Altísimo con Su omnipotencia le había ofrecido, haciendo que la luz de su hijo iluminara el oscuro mundo de aquella época.

 

Santa María (P), símbolo de pureza

En lo que cuenta el Corán sobre Santa María (P) hay un punto que siempre me ha llamado mucho la atención: los musulmanes ven a Santa María (P) como símbolo de pureza y castidad, una mujer completamente pura. Hablando de Santa María (P), el sagrado Corán insiste en varias ocasiones en su castidad femenina y su pureza: «Y María, hija de Imrán, quien protegió la castidad de su vientre, así que insuflamos en él de Nuestro Espíritu; confirmó las palabras y Escrituras de su Señor y, y fue de las obedientes» (Corán, 66:12). Se ha planteado la cuestión del cuidado de la castidad y la pureza del cuerpo virginal de María. ¿En qué condiciones se encontraba? Esto me parece muy importante. María era una niña cuando entró en el templo, donde permaneció hasta su pubertad. ¿Cuáles fueron los factores y motivaciones que hicieron que Santa María (P) resistiese las tentaciones con un poder sobrenatural ―si no lo fuera, el Corán no insistiría en ello―, conservando su pureza como refiere el sagrado Corán? Es un asunto muy importante, en el que hay una lección para todos. María (P) pudo cambiar el rumbo de la historia en una situación delicada gracias a su pureza y su capacidad de resistencia, igual que el Corán nos presenta como modelo de castidad masculina al profeta José (P), en otro caso semejante.

 

Características de la historia de Jesús, hijo de María (P)

A mí, personalmente, me ha dejado una honda impresión, desde mi juventud hasta ahora, cada vez que he leído o escuchado la bendita azora de María del sagrado Corán, porque lo acontecido es un hecho muy excepcional. Si estudiamos la historia del nacimiento de Jesús (P), considerando las condiciones de aquel período histórico y aquella sociedad, lo que advertimos es una grandeza imposible de expresar, si no es a través del arte. Aquel suceso fue muy sorprendente e inusual por el papel de María (P) y del profeta Zacarías, por la situación social de entonces y por el surgimiento en el cielo de la existencia y de la mente y en la vida humanas del sol radiante que son las enseñanzas de Jesús (P), de las que debe considerarse que no guardan diferencia con las de Moisés (P), mensaje que continúan y perfeccionan. De hecho, muchas de las enseñanzas de Jesús (P) son la repetición de las de Moisés (P), pero cuando Jesús (P) volvió a presentarlas los seguidores de Moisés se habían distanciado tanto de las verdaderas enseñanzas de su profeta mediante tergiversaciones que el mensaje cristiano les pareció una innovación herética. Las enseñanzas de Jesús (P) y de Moisés provienen de la misma fuente, que es la inspiración divina. La historia de todo esto deja al descubierto la verdad sobre los poderes, las tergiversaciones, las tiranías, las perplejidades y los egoísmos.

 

El abanderado de la guía divina

En una época marcada por el extravío, la ignorancia, la injusticia y el desprecio por los valores del ser humano, aquel Logos divino (P) cargó con el estandarte de la guía divina y la salvación del hombre, se alzó frente a las fuerzas tiránicas del dinero y el poder y se afanó en expandir la justicia, la misericordia y la creencia en la unicidad divina. En la actualidad, para instaurar un orden mundial correcto, los devotos de aquel gran mensajero (P) ―es decir, los cristianos y los musulmanes― deben volverse hacia las enseñanzas y el camino trazado por los profetas (P), y cultivar las virtudes humanas conforme a lo que enseñaron aquellos maestros de la humanidad.

 

El salvador frente a la opresión

Jesús (P) fue enviado con el don del milagro y la llamada a Dios para salvar al hombre de las tinieblas del politeísmo, el descreimiento, la ignorancia y la opresión, y hacerlo llegar a la luz del conocimiento, la justicia y la adoración del Creador. Y mientras estuvo entre los hombres no paró ni un momento de combatir el mal e invitar al bien. Esta es una lección que deben aprender los cristianos y musulmanes que creen en la misión profética de aquel gran enviado. Hoy en día, la humanidad necesita esas enseñanzas mucho más que nunca, y el Islam, que es el perfeccionamiento de la religión de Jesús, pone en primera línea de su proyecto la invitación al bien, la rectitud y la perfección. La responsabilidad de los seguidores de las religiones divinas es aun más importante en la actualidad, ya que, aprovechando conocimientos que Dios le ha proporcionado, el desorientado ser humano se está sirviendo del ilimitado potencial de la naturaleza para avanzar en sentido contrario a los objetivos de los profetas (P). Las fuerzas y los gobiernos que dominan el mundo bajo el disfraz de la cristiandad mantienen una actitud materialista ajena a las enseñanzas de Jesús (P), de tal modo cada día presionan más a los oprimidos, haciendo uso de toda clase de tiranías.

 

La invitación a la felicidad

El mensajero elegido por Dios que era Jesús (P) invitaba a la gente al camino divino, que es el camino de la felicidad del hombre, advirtiéndole de las consecuencias de caer en las tentaciones y de perturbar la quietud del espíritu con hechos repugnantes de tiranía y maldad. Los poderes corruptos y opresores, esclavos del dinero y el poder, persiguieron a Jesús (P) y atentaron contra su vida, pero Dios le dio protección y lo mantuvo a salvo. Los apóstoles y otros seguidores de Jesús (P) padecieron terribles torturas durante largos años a manos de opresores que pretendían erradicar las enseñanzas cristianas contrarias a la corrupción, la tiranía, el politeísmo, la lujuria, el belicismo y el engaño. Por ser corruptos, tiranos, lujuriosos, belicistas y demagogos, no podían soportar la religión de Dios, al Profeta de Dios ni a los seguidores del camino de Dios.

El nacimiento del profeta Jesús (P)

Desde hace siglos se celebra el nacimiento de Jesús (P). ¿Por qué es importante y tiene tanto valor ese nacimiento? Porque ocurrió en un momento delicado y determinante de la historia, cuyo rumbo cambió. Dicho en otras palabras, el nacimiento de Jesús (P) fue el punto de partida de una nueva trayectoria histórica.

Cada año, dirijo un mensaje de felicitación por el aniversario del nacimiento de Jesús (P) a los compatriotas cristianos y a los cristianos del mundo; pero, por respeto a las creencias de los cristianos iraníes ―incluidos los armenios―, según las cuales el nacimiento de Jesús (P) no sucedió el 25 de diciembre, sino en los primeros diez días de enero, espero el inicio del mes de enero para enviarlo.

Dios quiera que el aniversario del nacimiento de Jesús (P) traiga bendiciones a todos los cristianos y todos los musulmanes del mundo. Ojalá que, en estos diez días en que se celebran las fiestas del aniversario del nacimiento de Jesús (P), todos los musulmanes y cristianos aprendan de la actitud de aquel honorable profeta, lo conozcan bien y lo sigan.

 

Fuente: khamenei.ir

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